多くの米を食べること

El domingo 4 y el sábado 10 integrantes de La Batería asistimos a los festivales culinarios que se dieron por la XXXV Semana Cultural del Japón. En estos eventos no solo probamos sabores nuevos y "culturizamos" nuestro exquisito paladar, sino que también les hicimos el favor de subir el level ya que, sobre todo en el último evento, este estaba casi por los suelos debido a la presencia de cantidades significativas de Emos poseros. Dichos seres (malos remedos de comics góticos) hicieron su aparición debido al concierto de música de anime que se llevo a cabo, en donde todos coreaban o mejor dicho paporreteaban cuanto sonido extraño salia de la boca del vocalista, quien como ya se imaginarán era un japones con el cabello teñido (si, justo lo que el mundo necesita, otro ponja rubio más).
Nada que ver con la finura del cabello de Von Rommel quien por supuesto causó sensación en todo momento, pero especialmente cuando pasó por un stand donde realizaban el tan famoso laciado japones, donde escuelió a cuanta modelo había con el solo movimiento de uno de sus cabellos.
Pasando a la parte de la jama, se puede decir que el "básico" u Obento era lo que más se consumia. Una especie de taper que contenía un par de palitos (esos con los que se sujeta el cabello), una bola de arroz, algo de carne que podía ser pollo o pescado(o de repente era gato... quien sabe), fideos en diferentes presentaciones, rolls y por supuesto algún postre que variaba desde un Yucamoshi hasta un kekito marmoleado Bimbo que no costaba ni china. En una de esas ponja-loncheras me tocó un recipiente para sillao en forma de cerdito el cual adjunto para que vean lo fino que es.


Pero como buenos hijos de Baco, los integrantes de La Batería nos aventuramos a consumir Sake, el cual de japones solo tenía el nombre, puesto que la etiqueta revelaba que había sido producido en California...
Como pueden apreciar en la foto aparece Cholo Bravo, con una sentada muy fina; el Emo (no confundir con los seres antes mencionados) en una actitud muy cholobravesca; Von Rommel, con una mirada que parece decir: ¿envidias mi cabello verdad?; y yo que olvidé mi disfraz de geisha esta vez...


En las dos fechas la pasamos bien. Comimos bien taipá, aprendimos que la comida japonesa aunque a veces tenga nombre raro (había un postre llamado popó) y aspecto muy extraño es bastante buena, y que el Sake no pone... (con lo que cuesta se pueden comprar unas 6 Brahmas o un buen acholado que los haga pasarse de vuelta) Así y todo nos hubiera gustado ver más tecnología (no solo un típico karaoke) y de repente un mejor animador, por que como dice Cholo Bravo: "No hay peor cosa que ver a un japones tratando de ser gracioso".
Esto es todo por ahora.
Esperen pronto otra crónica de La TRU.
Arigato.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Von Romel sí que sabe de laciados. Te amo porque eres TRU!

Anónimo dijo...

yo... strange thread :))