Si todos los abogados del mundo hicieran lo mismo...

El mundo sería, sin lugar a dudas, con toda claridad y distinción, un lugar mejor. No habría guerras ni pragmatistas. No habría pobreza.

Bueno, ¿de qué demonios estoy hablando? De la ejemplar historia de Nathan Sawaya, un abogado que dejó su carrera/ticket directo al infierno para volverse un artista cuya herramienta son nada más y nada menos... ¡piezas de Lego!

Así es, sin más, los dejo con el link a su página oficial para que vean ustedes mismo que hay esperanza en el mundo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Un mundo bello sería aquél en el que el Pragmatismo no hubiese clavado su "empantanada" dentadura.