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Contra la Bad-tería

Lo único para lo que la Batería no tiene buena onda es para esa BAD-TERIA de subnormales autondenominados EMOS. La problemática emo no es nueva.Un famoso epigrama de Calimaco, el XXIII, nos da la clave:


Diciendo `Sol, adios', Cleómbroto de Ambracia
se precipitó desde lo alto de un muro al Hades.
Ningún mal había visto merecedor de muerte,
mas había leído un tratado, uno solo,
de Platón: Sobre el alma.

EMAZO. Para los no iniciados -¡pero qué chucha harían no iniciados en este blog!- ese diálogo es el Fedón. Para la Bad-tería, lo que Batman le hizo a un emo ochentero:
RESPECT

In your face

Lean:

Fuente: Filmbarin

No me parece una crítica del todo justa. Es cierto que la pela es simplista en ciertos momentos y que al final todo parece resumirse a "los buenos" versus "los terrucos", pero la cuestión no estan simple.
Hace unos días (antes de contraer la maldita fiebre que me ha mantenido encerrado en mi cuatro los útimos días) vi Roma ciudad abierta de Rosellini. No soy un gran fan del neorealismo italiano; nunca lo he sido, pero qué puedo decir: esta es una obra maestra.Fue filmada durante la ocupación nazi en Italia, con todas las limitaciones y dificultades del caso. Ni villanos ni héroes -nunca del todo-: personas de la calle, reconocibles y cotidianas, interactúan en una comedia humana de la incertidumbre. Como mucho neorealismo, coquetea con el melodrama, pero opta sensatamente por el decoro.
No hay pues ni dimensión épica ni gran presupuesto, ni siquiera actores profesionales. Y sin embargo Rosellini hace de todo esto no defectos sino posibilidades. Si como espectadores aceptamos el eventual descuido técnico y el no academicismo actoral -licencias para entrar a la apuesta del director-, la cinta fluye perfectamente. Nos atrapa.
Toda historia tiene sus condiciones: como espectadores, las aceptamos, negociamos con ellas. Así, aceptamos que un musical los protagonistas empiecen a cantar, que en el cine noir, la femme fatale carezca por completo de alma y que en un western, el protagonista sea prácticamente invencible.
Sin embargo, nunca he sido del todo capaz de tranzar con las condiciones del neorealismo italiano. Nunca entendí bien por qué. Ensayo ahora una respuesta, tonta y del momento, digna de un blog. Entiendo el drama -y muchas veces tragedia- al que se enfrentan los personajes, pero nunca empatizo del todo con ellos. Por ejemplo, el Ladrón de bicicletas. Entiendo su lugar capital en la historia del cine, estoy seguro que dicha película es brillante, pero a un nivel personal, no me tocó.
Quizás yo, por motivos ya de personalidad, necesito tener el aspecto visual, simbólico, musical... ahí presente, gritándome en la cara, para ser conmovido por la historia.
¿Por qué sí me tocó Roma ciudad abierta? Sospecho que fue por Anna Magnani.
Ana Magnani

A pesar de no haber grandes elementos técnicos ni efectistas -que, aceptémosolo, son las que mejor me atrapan-, Ana Maganani es todo lo que una película necesita para ser poderosa. Su presencia llena cada fotograma, no del hedonismo de otras grandes actrices italianas, sino con un tremendo calor y energía que en pocas actrices he visto. Ana Maganani es de esas actrices que con un segundo en pantalla exhalan más vida que muchas personas de carne y hueso en la calle.

Acabo de descubrir que soy un espectador hedonista. Me gustan las imágenes bellas (u horribles), los diálogos bonitos (o crueles), en fin, el efectismo. Incluso en el cine de Rohmer, completamente divorciado de efectos espectaculares y elucubrados argumentos, esel preciosismo de sus imágenes y de sus diálogos (para muchos amigos, interminables), lo que hace de sus pelas de mis preferidas.
Soy un hedonista (una vez más, peco de akrasía -el incontinente me dicen-). Y sin embargo, nada es tan blanco ni negro. También antes de enfermar vi The Pillow Book de Peter Greenaway. Este director es conocido por sus a veces exagerados experimentos visuales. La pela en efecto tiene bellísimas imágenes que aportar, pero para los que la han visto, es obvio que DEMASIADAS imágenes pueden ser DEMASIADO a veces. (Sin embargo, coincido con Ese Landolt en que puede haber otras pelas buenas del mismo director. Estoy impaciente porque una amiga me preste Zoo).

¿Neorealismo lorcho? ¿La protagonista de Pillow Book? ¿Katia? Ni yo entiendo esta foto.

En fin, ni lo uno ni lo otro. Ni pura historia sin belleza, ni pura belleza sin historia. En
Dark Knight, Nolan quiso explorar la línea entre bien y mal, entre héroe y terrorista (ambos megalómanos). Para mí, algo nunca me terminó de cuajar en su exploración, pero dado que asumí la escala heroica -épica-, todo esto se perdona; no es neo-neorrealismo con lo que nos las vemos aquí, sino con una historia de héroes y villanos. Y eso está bien. Es la dimensión del comiclo que le da ese encanto, lo que la hizo atractiva y lo que le permite concesiones. Todo bien hasta ahí.
Joker, en tiempos más simples

Pero hace poco vi Batman Begins del mismo Nolan y no sentí el mismo agrado. Nolan se esfuerza en "hacer reales" a sus personajes, como si no nos estuviera vendiendo una película de superhéroes sino Arma Mortal 4. Yo creo que hacer eso de manera exagerada es un error. No tiene por qué haber una "seria y minuciosa" explicación de su entorno, porque eso está más allá de la esfera -del feeling- comic. Espero que esa no haya sido la intención de Nolan con Begins y mucho menos con Dark Knight o con las que vengan luego. Está bien que haga aterrizar a Batman (luego de las lamentables adaptaciones de los noventas), pero hacerla "real" y "seria" le quita su encanto, y también el derecho a concesiones que como espectadores le debemos a las películas de superhéroes. Si quieres hacer una película "seria" sobre corrupción, sería más consecuente poner una cámara dentro del congreso.
Creo que Nolan se la toma menos "en serio" en Dark Knight, y justamente eso la hace funcionar mejor -a mi parecer- que Begins, pero eso es ya un tema de gustos. Bajo esos términos épicos, la oposición héroe-villano tiene más sentido y funciona mejor. Por eso creo que es injusto que se la acuse de "simplista" si no fue su intención ser del todo realista para empezar.

Slaughter is good for your health

Batman: The Dark Knight returns fue una novela gráfica publicada por Frank Miller para DC Comics de enero a junio de 1986. En oposición a la flamboyante y camp serie de TV estelarizada por Adam West (del 66 al 68), la novela de Miller trae de vuelta a un oscuro, ambiguo y violento protector encapuchado. Tras el retiro por la muerte de Robin, un Bruce Wayne que sobrepasa los cincuenta años se ve en la necesidad de volver a encarar el terror de los descaradamente viciosos y la corrupción de los que dicen velar por el orden.
Batman nunca fue un héroe en el sentido tradicional; ni siquiera el de Adam West, interesado más en un mundo de triviales y divertidas ironías antes que en cualquier profundo ego-trip. De ahí que Miller vea lógico el enfrentar a su avejentado y neurasténico Batman a Superman, utopía realizada de lo que es ser un héroe, todopoderoso, joven, amado por todos, eterno, de ideales inamovibles que lo superan: el sueño americano, literalmente fuera de este mundo.
El camino que Miller trazó sigue la idea original del personaje surgido en los cuarenta y que será el modelo a seguir por Tim Burton en su Batman (1989) y Batman returns (1992), pero no así las películas que le siguieron, lamentable obras de parafernalia hueca.

The Dark Knight (2008) de Christopher Nolan es la última adaptación cinematográfica a la fecha. Las sombras vuelven a ciudad gótica porque Nolan sabe que la mejor forma de traerlas de vuelta es haciendo que emergan desde dentro de las personas de a pie. No es un supervillano inusitado o una catástrofe externa lo más aterrador a lo que puede enfrentarse una sociedad; es a la misma corrupción interna de los que la constituyen.
Harvey Dent (Aaron Eckhart), como el Superman de Miller, es el modelo de hérore americano: bueno, honorable, proactivo, obediente de las reglas. Defiende sus ideales porque cree en ellos, cree en su trascendencia. En el otro extremo está el Joker (Heath Ledger) pero también Batman: ambos saben que los ideales no existen más que en nuestras cabezas. La diferencia es que mientras que el Joker piensa en los ideales como molestas quimeras de las que hay que deshacernos, Batman elige usarlos como inspiración arcana y deseable. Pero la distancia entre ambos es muy leve: ambos lo saben, solo que el Joker se divirte a causa de ello y Batman se tortura. La película es recomendable, aunque el tufo hollywood no desaparece ni un segundo. Explosiones, bombas, gadgets, autos, sangre -el sexo sí es muy mesurado, lo cual no deja de sorprender-, una buena banda sonora que acompoña a los constantes ires y venires del caballero de la noche. Justamente esta es una de la cosas que me incomodan de Hollywood: notas fácilmente que cada segundo está calculado para tenerte en el asiento, para atraparte como consumidor, para hacerte querer más. Es mi parecer que esto se consigue, pero no de la forma más interesante. A Nolan parece interesarle más sumergirnos en numerosas y atractivas viñetas -muy logradas y estimulantes en efecto- que en ahondar en la profundidad que sus personajes (aunque no siempre sus actores) pueden ofrecer. Hay escenas, como el diálogo entre Joker y Dos Caras, que pudieron ser mucho mejores.Ledger como el Joker está brillante. Tenía los zapatos de Jack Nicholson que llenar; en lugar de eso ha recreado a un ser humano inteligente y macabro. Los momentos con él en pantalla son sin duda los mejores, desde las risotadas hasta las sonrisas siniestras. Tres veces él pretende contarnos la historia de sus heridas y su insania. Dos de ellas se le permite hacerlo y cuenta cosas distintas. Cuando quiere contárselo a Batman, este no se muestra interesado. Batman es más cercano a él, sabe que la lógica de las motivaciones y las razones no se aplican. Su actitud al mundo no obedece a planes: es el niño que juega y a la vez la fiera liberada.
De ahí que Joker no planee, solo actúe. Es genial la escena en la que le hace ver a Dent que los hombres normales, racionales, son los mismos que usan, calculan y comercian con el sufrimiento humano, como los políticos que envían tropas descaradamente a morir en una guerra abusiva. El Joker no tiene un fin: aulla, corre, mata y se divierte, y por eso, cree él, es más honesto que todos los demás. En última instancia, Joker cree que la maldad es la condición humana. Batman no está seguro de ser capaz de probar lo contrario: por eso su melancolía y su sacrificio final. La pregunta es qué tan afectado pudo haber acabado Ledger luego de dar vida a tan fascinante personaje.Los temas son muy buenos, las actuaciones de Ledger y Eckhart eclipsan completamente a la de quien interpreta a Batman (¿cómo se llama?), los efectos y las ideas visuales, espectaculares. Y sin embargo, Hollywood extiende finalmente su siniestra sombra en sentencias idealistas e innecesarias, simplificaciones penosas y explosiones gratuitas pero vistosas. Empero, la balanza se inclina al lado positivo: la película es buena.

PD: Cuando dije "mas o menos elaborados" obviamente me refería a posts que me tomaran un poco más de diez minutos, pero nunca he pretendido más que eso. Este, por sobre todo, es un blog de webeo, de banalidad y en el que impera la buena onda; pero sobre todo esto me gustaría tengamos todos oportunidad de hablar con chelas en mano (incluidos los de primer año que quieran apuntarse).

De vuelta al weblogeo

Al final, vuelvo a tener tiempo para hacer nada. Ya postearé cosas más o menos elaboradas en unos días; por ahora, les presento un par de cosas llamativas que no está de más compartir.

El siempre recomendable fotoblog ruso Ak-Bara publicó fotos de una comunidad gitana que merecen la visión:Un blog para los afanosos con los comics, Chris's invincible Blog, te habla sobre todo esos comics que nadie conoce (muchas veces con justicia). La semana pasada, gracias a Ese Landolt (a.k.a. El Daddy) pude ver dos pelas geniales. La primera, Sherlock Jr., es una joyita de Buster Keaton. No solo es comedia en su más fina expresión, sin o que además tenemos ingentes orígenes de meta-cine en 1924. En la pela, Keaton entra a la pantalla (a lo Mia Farrow en la Rosa Púrpura del Cairo) y se enfrenta con una gracia única a leones en la jungla, a un tren el desierto y a un malévolo dúo de ladrones ya en su faceta de invencible detective privado, el brillante Sherlok Jr. La pela es genial de principio a fin, una delicia y un buen primer Keaton para los no iniciados. La segunda es La carroza fantasma, de Viktor Sjostrom, sueco de la vieja escuela. No sabía nada de ella cuando la vi. En su momento inicial, el aire a ciencia ficción me hizo pensar en Aelita, aunque la fotografía es de lejos superior. Pero una vez que la historia cobró forma y carga emotiva, ya no hubo vueta atrás. Deseo, pecado, culpa, perdón; todo eso más una carroza jalada por caballos que se confunden con la noche. A manera de fábula macabra, la carroza fatasma es una versión perversa y alucinante de Cuento de Navidad en la que la santidad y el altruismo humano encuentran los deseos más horribles y egoístas de los que las personas somos capaces. Luego me enteré que para Bergman es la mejor película de la historia. Fácilmente puedo ver por qué. Estoy igual de emocionado que Zimmerman con el estreno de la pela de Batman. Ojalá no defraude las expectativas. XOXO

Why so serious?

Se acerca el estreno de mi película más anticipada del año, y en realidad, en mucho tiempo. Hoy mismo estoy yendo a comprar mi entrada para el pre-estreno.


En todo caso, justo estaba leyendo la review de IGN, pero por temor a los spoilers, decidí pasar directamente al párrafo final. Lo pongo, pues, para que vean y se convenzan de la necesidad de su presencia en el estreno de la película.
But there really is no better way to describe The Dark Knight than to call it a great work of art because it transcends both the boundaries of comic book moviemaking and even the parameters of good filmmaking. What Nolan and Co. have created doesn't just function as a thrill ride or even a terrific movie, but rather as a substantive and philosophical examination of why we need heroes, and then when we need them, what they mean.
Vayan a verla.